Mi guitarra quiere matar a tu madre

domingo, 11 de noviembre de 2007

martes, 6 de noviembre de 2007

Jorge Luis Borges - La casa de Asterión (El Aleph, 1949)



Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.

El hecho es que soy único. no me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.

Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. ( A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el del otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.

No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Esto no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.

Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá que me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?


El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba un vestigio de sangre.

- ¿Lo creerás, Ariadna? - dijo Teseo -. El minotauro apenas se defendió.


viernes, 26 de octubre de 2007

Pitch Shifter - Infotainment? (1996)



La evolución la de este grupo se parece a la de muchos otros grupos por fortuna desaparecidos: de metal industrial trallero a rock "alternativo" carne de MTV.

Muchos grupos han seguido un camino parecido (aunque el estilo de partida no sea el mismo, todos terminan haciendo la misma mierda) y no les ha ido nada bien, tal vez la única excepción sean Metallica, que siguen vendiendo aunque todo lo que graben sea un truño.

Este es el último disco de Pitchshifter que tiene algo de industrial: en su siguiente disco, Deviant, se perdió totalmente.



Deconstruction




Triad




Underachiever





martes, 23 de octubre de 2007

Dut - Dut (1995)



¡Pero qué buenos eran Dut! Gran primer disco y una muy corta e interesante carrera. Sólo sacaron tres discos: Dut, At y Askatu Korapiloa, tres pequeñas joyas que cualquier melómano debería escuchar.

También sacaron un disco junto a Fermín Muguruza (¿por qué casi todos los grupos vascos acababan grabando algo con él?, ¿sería una especie de derecho de pernada para poder grabar en Esan Ozenki?) titulado Ireki Ateak, que a algunos entusiasma mucho pero que a mi me aburre más que un partido del Valladolid.

Si no hubieran sido de Fuenterrabía y cantaran en euskera tendrían imitadores a espuertas...


domingo, 21 de octubre de 2007

Italo Calvino - Las Ciudades Invisibles (1972)



Las ciudades y los muertos

Jamás en mis viajes había llegado hasta Adelma. Oscurecía cuando desembarqué. En el muelle el marinero que atrapaba al vuelo la amarra y la ataba a la bita, se parecía a alguien que había sido soldado conmigo y había muerto. Era la hora de la venta al por mayor del pescado. Un viejo cargaba su carretilla con una cesta de erizos; creí reconocerlo; cuando me volví había desaparecido en una calleja, pero comprendí que se parecía a un pescador que, viejo ya siendo yo niño, no podía estar entre los vivos. Me turbó la vista un enfermo de fiebres acurrucado en el suelo con una manta sobre la cabeza: pocos días antes de morir mi padre tenía los ojos amarillos y la barba hirsuta como él, exactamente. Aparté la mirada; ya no me atrevía a mirar a nadie a la cara.

Pensé: "Si Adelma es una ciudad que veo en sueños, donde no se encuentran más que muertos, el sueño me da miedo. Si Adelma es una ciudad verdadera, habitada por vivos, bastará seguir mirándola para que las semajanzas se disuelvan y aparezcan caras extrañas, portadoras de angustia. Tanto en un caso como en otro, es mejor que no insista en mirarlos".

Una verdulera pesaba unas berzas en una romana y las ponía en un cesto colgado de un cordel que una muchacha bajaba desde un balcón. La muchacha era igual a una chica de mi pueblo que enloqueció de amor y se mató. La verdulera alzó la cara: era mi abuela.

Pensé: "Llega un momento de la vida en que la gente que uno ha conocido son más los muertos que los vivos. Y la mente se niega a aceptar otras fisonomías, otras expresiones: en todas las caras nuevas que encuentra, imprime los viejos calcos, para cada una encuentra una máscara que se le adapta mejor".

Los descargadores subían las escaleras en fila, encorvados bajo damajuanas y barricas; las caras estaban ocultas por costales usados como capuchas. "Ahora las levantan y los reconozco", pensaba con impaciencia y con miedo. Pero no despegaba los ojos de ellos; a poco que recorriera con la mirada la multitud que atestaba aquellas callejuelas, me veía asaltado por caras inesperadas que reaparecían desde lejos, que me miraban como para hacerse reconocer, como para reconocerme, como si me hubieran reconocido. Quizá yo también me parecía para cada uno de ellos a alguien que había muerto. Apenas llegado a Adelma, ya era uno de ellos, me había pasado de su ladao, confundido en aquel fluctuar de ojos, de arrugas, de muecas.

Pensé: "Tal vez Adelma sea la ciudad a la que uno llega al morir y donde cada uno encuentra a las personas que ha conocido. Es señal de que también yo estoy muerto". Pensé además: "Es señal de que el más allá no es feliz".


sábado, 20 de octubre de 2007

Entombed - DCLXVI: To Ride, Shoot Straight and Speak the Truth! (1997)




Aunque no han dejado de grabar, hace años que no oigo hablar de este grupo. Entombed tuvo su gran momento con la salida de su tercer disco Wolverine Blues, pero la marcha de su batería Nicke Andersson (desde entonces guitarrista y cantante de The Hellacopters) dejó al grupo tocado.

Su cuarto disco, DCLXVI: To Ride, Shoot Straight and Speak the Truth!, aún mantenía cierto nivel y un estilo cercano a sus anteriores discos, pero con Same Difference cayeron en picado hasta hundirse en el fango.

El hostión que se pegaron les vino bien: volvieron a su anterior sonido de guitarra sucio y ruidoso, y un par de discos despues sacaron una maravilla titulada Morning Star.


Wreckage



Night of the Vampire





Descargar Entombed - DCLXVI


miércoles, 17 de octubre de 2007

domingo, 14 de octubre de 2007

Crime in Choir - Crime in Choir (2002) + Trumpery Metier (2006)



Conocí a Crime in Choir de casualidad, buscando discos en los que había tocado el batería de Hella Zach Hill (otro día subiré algún disco de ellos), y fue todo un descubrimiento.

En su último disco, Trumpery Metier, Zach ya no toca con ellos y se nota mucho el cambio de estilo en la batería, pero ni mucho menos han bajado el nivel.

La subida de hoy es doble, ya que incluyo el primer y el tercer disco: Crime in Choir y Trumpery Metier. Su segunda grabación, The Hoop, sólo salió en Japón y aún no he conseguido hacerme con él.


The Hoop



Hollow Crown



Trumpery Metier


Crime in Choir


miércoles, 10 de octubre de 2007

Todos Tus Muertos - Dale Aborigen (1994)



Hoy subo Dale Aborigen, el tercer disco del grupo argentino Todos tus Muertos.

No he escuchado su primera grabación, pero su segundo disco Nena de Hiroshima era malo de cojones y con una calidad del sonido tirando a cutre. Con la incorporación de nuevos miembros mejoraron bastante y cambiaron de estilo: pasaron de ser unos punkarrones del montón a mezclar rock, reggae y mil cosas más y se apuntaron al movimiento rastafari, y con Dale Aborigen acertaron de pleno.

Después sólo sacaron un disco de estudio mediocre (El Camino Real, que se pasa de rasta y sólo se salvan dos o tres temas), un disco de versiones y un directo (Argentina te Asesina) antes de separarse. Según parece están pensando en volver a reunirse, aunque sin su cantante original Fidel Nadal.

Mate



Dignidad (con Fermín Muguruza)




domingo, 7 de octubre de 2007

Ministry - ΚΕΦΑΛΗΞΘ (1992)



Este disco salió al mercado con el título Psalm 69: The Way to Succeed and the Way to Suck Eggs, pero posteriormente cambió de nombre a ΚΕΦΑΛΗΞΘ (cabeza o líder). Y eso es lo que siempre han sido Paul Barker (ya retirado del grupo) y Al Jourgensen, durante mucho tiempo los únicos miembros oficiales de Ministry: unos pioneros en la mezcla y búsqueda de nuevos sonidos.

Aunque lo que han sacado desde Dark Side Of The Spoon no me ha entusiasmado mucho, The Land Of Rape And Honey, ΚΕΦΑΛΗΞΘ y Filth Pig son tres discazos imprescindibles.

Just One Fix



Jesus built my hotrod





miércoles, 3 de octubre de 2007

Strapping Young Lad - City (1997)



Inauguro el blog con City, el segundo trabajo del grupo canadiense Strapping Young Lad.
Para ir abriendo boca, el vídeo de Detox, la canción más trallera del disco.