Mi guitarra quiere matar a tu madre

domingo, 13 de enero de 2008

Jean-Paul Sartre - La Náusea (1938)



Madeleine mueve la manivela del fonógrafo. Con tal de que no se haya equivocado, con tal de que no haya puesto, como el otro día, el aria Cavalleria Rusticana. Pero no, está bien, lo reconozco desde los primeros compases. Es un viejo rag-time con estribillo cantado. Lo oí en 1917 a soldados americanos en las calles de La Rochelle. Ha de ser anterior a la guerra. Pero el registro es mucho más reciente. Con todo, es el disco más viejo de la colección, un disco Pathé para púa de zafiro.

Enseguida vendrá el estribillo: es lo que más me gusta, sobre todo la manera brusca de arrojarse hacia adelante, como un acantilado contra el mar. Por el momento, suena el jazz; no hay melodía, sólo notas, una miríada de breves sacudidas. No conocen reposo; un orden inflexible las genera y destruye, sin dejarles nunca tiempo para recobrarse, para existir por sí. Corren, se apiñan, me dan al pasar un golpe seco y se aniquilan. Me gustaría retenerlas, pero sé que si llegara a detener una, sólo quedaría entre mis dedos un sonido canallesco y languideciente. Tengo que aceptar su muerte, hasta debo querer esa muerte; conozco pocas impresiones más ásperas o más fuertes.

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